Autor: Loki
Clasificación: Cuento
Anotaciones: Este cuento iba ser un cuento de tres parte, pero decidí quedar me con esta versión. Es un poco triste pero te conmueve mucho...
Perro y la Muerte
Alessandra María Rodríguez Ayala
Empezó a temblar y Perro no sabía
qué hacer. Estaba en medio del campo persiguiendo hormigas cuando el piso se
movió raro. Como cuando él se sube a la cama y la mujer le arranca la sabana
por debajo. Se asustó mucho Perro y se quedó quieto mucho tiempo, aun cuando ya
no se movía la tierra.
Después poco a poco se relajó. Se
fue corriendo a casa. Pero justo cuando iba a llegar a la pequeña casa de
adobe, vio que no estaba. Caramba, dónde se fue… acaso Perro tomó un camino
equivocado.
Perro siempre se va por este
camino. Se fue acercando y vio un escombro donde debería estar la casa. La casa
de los dueños de Perro. Ni la puerta estaba intacta.
¿Dónde está la cocina? Donde la
dueña cocina las comidas que siempre huelen tan rico. Donde cuando Perro se acerca
demasiado a la estufa o a la mesa la dueña le pega a Perro en las nalgas con
una pala. ¿Dónde está? Dio un ladrido pero nadie lo contestó, ni le gritó que
se callara.
¿Dónde está la sala? Donde el
gusano cachorro de hombre se acuesta en la esquina encima de un cojín y una
sábana. Donde cuando Perro lo lame con su lengua, gusano cachorro de hombre
empieza a balbucear una risa chistosa. Donde de vez en cuando el gusano atrapa
con sus torpes y gorditas manos las largas orejas de Perro y las jala. ¿Dónde
está? Ladra otra vez pero nadie empieza a llorar esos horribles llantos de
cachorro de hombre.
Lentamente se acerca al escombro.
Cuando de repente lo ve. Es la dueña. Perro salta corriendo. Se tropieza un
poco en el escombro y para antes de estar pasos frente a ella. Qué raro es la
dueña o al menos su antebrazo, saliéndose del escombro, pero no huele a la
dueña. Huele como el perro del otro rancho cuando el camión pasó por encima de
él y el otro perro paró de moverse. Acaso pasó un camión encima de la dueña.
Perro lamió la mano de la dueña.
No se movió. Perro dio un ladrido muy bajo. Perro se sentó con las patas
delanteras acostadas en el suelo, suplicando. La mano de la dueña no se movió. Perro
aulló un poquito y se quedó ahí sin moverse.
En poco tiempo vino el dueño, el
hombre, corriendo. Vio el escombro y empezó a gritar el nombre de la dueña. Las
orejas de Perro se pararon. El dueño entonces vio a Perro y empezó a correr
hacia él. Tropezándose por el escombro. Paró al ver la mano.
El hombre no se movió. El perro
se acercó a él y el hombre dio tan brusco movimiento que Perro pensó que le iba
pegar. El hombre se detuvo y se quedó mirando a Perro. Su cara llena de
tristeza. Perro asustado, con la cola entre las patas.
El hombre cayó de rodillas. Sus
hombros temblaban.
Perro otra vez intentó acercarse.
Esta vez el hombre lo agarró en sus brazos. Algo raro que el hombre nunca hacía
a menos que fuera para sacarlo de la casa. Pero era diferente como lo agarraba
el hombre. Como si fuera su cachorro. Y pequeñas gotas de lluvia cayeron de los
ojos del hombre.
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